
Hoy voy a hablar de un tema, que me tiene francamente preocupada desde hace algún tiempo y es la cada vez más extendida costumbre de no vacunar a los niños. Esto es algo que llevo un tiempo leyendo en los periódicos, que me han comentado algunos amigos que trabajan en el sector sanitario y que me parece tremendamente grave. Por todo ello, voy a contar mi caso, aunque soy bastante reservada y no me gusta hablar de mí, en esta ocasión, voy a hacer una excepción.
Esta soy yo, en el año 2007. Cuando tenía 18 meses, enfermé de Poliomielitis, una enfermedad de origen vírico, que ataca al Sistema Nervioso Central y que destruye, concretamente, las neuronas motoras. Si las neuronas afectadas son las que controlan órganos vitales, como los pulmones o el corazón, puede llegar a ser mortal. Yo, estuve a punto de morir, pero finalmente salí adelante, eso sí con unas secuelas permanentes que generaron una discapacidad del 65%. Tengo que llevar aparatos ortopédicos en ambas piernas y bastones para caminar. Los aparatos no son una panacea, provocan muchas molestias, Dermatitis varias, alergias, rozaduras y hacen daño.