El 27 de febrero de 2015 fue un día muy triste que quedará grabado en la memoria de todos los trekkies del mundo, es el día que Leonard Nimoy murió y nos dejó un poco huérfanos, pero no debemos llorar, a Spock no le gustaría, aunque estoy segura de que ayer una solitaria lagrima se deslizó por su rostro cuando su «álter ego» le dejó, nos dejó, solos. Pero como dijo el doctor McCoy al final de Star Trek II. La ira de Khan: “Él no estará realmente muerto, mientras nosotros le recordemos».
Ayer y hoy la Redes Sociales se llenaron de mensajes y homenajes, pero de todos me quedo con dos: el artículo titulado El Legado de Spock que le ha dedicado Carlos Burges en Faq-Maq, y este precioso tuit del Coronel Kurtz, @Nathan_Kurtz. Yo quiero dejar mi homenaje aquí, en forma de reseña de este libro que es su autobiografía, publicada en 1995.